Hoy vengo a contaros como fueron mis primeras experiencias con el alcohol a la temprana edad de once o doce años, nada extremo, sólo a modo de experimentación, la cual me sirvió para ponerle el aspa a ciertos licores o brebajes que jamás volveré a catar ya que en su día me parecieron asquerosos y me lo siguen pareciendo también en la actualidad.
Nada como un buen malta de doce años, o bourbon, o cerveza de la buena.
Música de entrada y salida: The Grassy Knoll - Driving Nowhere
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