La etapa treintañera fue una de las más salvajes de mi vida con infinidad de situaciones dantescas en tantas y tantas noches de desenfreno. En esta ocasión os cuento una en concreto donde se mezclan personajes surgidos de la nada y objetos un tanto extraños que aparecieron en el salón de mi casa.
Música de entrada y salida: The Grassy Knoll - Driving Nowhere
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