Cuando me dispuse a ver esta coproducción hispano británica tenía ciertas dudas de lo que
me iba a encontrar, pues a mi la verdad es que el tema discotequero ibicenco plagado de
imbéciles egocéntricos puestos hasta arriba de todo no me seduce demasiado, pero vaya,
me enganchó y me mantuvo entrenido hasta el final. Tiene algunos capítulos donde parte
del metraje se hace un poco pasteloso por las escenas típicas de cama que te calzan para
sumar minutos, pero exceptuando esto se deja ver muy bien, vamos, te entretiene, y eso ya
es importante, pero hay bastante más que disfrutar dentro de ella. Tiene gags brutales,
situaciones lisérgicas de flipar, muy ingeniosas, diálogos divertidos y un rítmo muy bueno.
El final es lo de menos, aunque obviamente la trama de toda la serie te lleva hasta ahí, pero
lo bueno es que ves un capítulo y te quedas con ganas de ver el siguiente, y eso es indicador
de que la trama funciona.
Me ha hecho reír bastante, y eso lo agradezco.
Un buen producto.
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